SL-C 67 Grutas, masías y molinos

Dificultad baja
Dificultad media
Dificultad alta
Longitud: 4,9 km
Dificultad: Media
Duración aprox. a pie: 1 h 55 min

Punto de inicio: Centro de Información de Mura 

El itinerario del monte de la Balma es un paseo agradable que nos ilustra de manera espectacular la ocupación humana del macizo de Sant Llorenç del Montón y la sierra de la Obac. El itinerario está indicado para el público general, de dificultad mínima, con caminos muy marcados y algunas pendientes suaves en el primero y el último sector. Es conveniente llevar calzado adecuado y agua. Las panorámicas son espléndidas,se aconseja que llevéis la cámara de fotos.

El itinerario sale del Centro de Interpretación de Mura. Bajamos hacia la riera de Nísperos, la atravesamos y encontramos el hito de inicio de itinerario, con los hashtags de color marrón. Esta ruta coincide con la otros itinerarios, de forma que hay que posar atención a seguir los hashtags del color indicado. Seguimos la vereda paralela al curso de agua, que despacio se ensarta y se separa de la riera. Si continuamos por este sendero principal, evitando varios desvíos menores, a los pocos minutos nos aparecerá, a la derecha, un camino adoquinado: es el antiguo camino de Mura a Montserrat, que nos dirigirá a la Cruz de la Vila. 

El camino de Mura a Montserrat enlaza con el camino real de Barcelona a Manresa. Cuando subimos, a la derecha vemos el núcleo de Mura y sus campos de cultivo, algunos de los cuales bordean la riera de Nísperos. En poco más de un cuarto  llegamos a un pequeño monte donde destaca una cruz de hierro. Bordeamos la Cruz de la Vila y retomamos el camino hasta llegar al monte de la Balma. A lo largo del sendero predominan los bosques, donde crecen pinos, encinas, robles y algún arce negro. Bien pronto se puede ver la balma obrada en la lejanía, al fondo de una amplia panorámica del valle que constituye todo un espectáculo. Al llegar al camino principal nos dirigimos en dirección al monte de la Balma. Al jefe de ciento metros, un hito nos indica que tenemos que ensartarnos por un campo, junto a un cubierto, para ganar de nuevo un camino que nos deja a tocar del monte de la Balma. 

Actualmente, el monte de la Balma, alberga una capilla, consagrada a santa Margarida, un museo, de visita obligada, abierto sábados y festivos, y una residencia casa de campesino con bar, restaurante y habitaciones. Deshacemos el recorrido hasta el cubierto y bajamos por el mismo campo, que nos llevará al camino de origen. Lo seguimos un rato hasta que, a mano derecha, aparece una vereda que llega hasta el caserón de la Vila y lo rodea por detrás. 

Después de las epidemias de peste negra y las guerras de remença del siglo XV, las familias que se mantuvieron al macizo ampliaron, durante los siglos XVI y XVII, sus propiedades con la anexión de tierras y construcciones abandonadas. Este es el origen de grandes masías como la Obac, la Mata o la Vila. Siguiendo los hitos, la vereda continúa adelante, circunvala una vieja encina de gran puerto, baja haciendo zigzags en un ambiente frescal, entre encinas y marfulls, y travesía alguna codina, hasta que, finalmente, llega a la cama del torrente de los Codolosos. Seguimos el cauce a favor de la corriente. Poco antes de su confluencia con la riera de Nísperos, vemos, a la otra banda del torrente de los Codolosos, la masía de hace falta Miqueló. 

Os recordamos la conveniencia de seguir escrupulosamente los hitos y de ser respetuosos con las propiedades privadas. 

Sobrepasado hace falta Miqueló, continuamos arriba por el camino que bordea y enseguida atraviesa la riera de Nísperos. Ya a la otra orilla de la riera, nos encontramos con la antigua edificación del molino del Medio. Aprovechando la fuerza de un salto de agua, que se conseguía mediante un embalse cerrado por una esclusa, todavía visible riera arriba, y una canalización adecuada, el molino harinero hacía harina del trigo y el de óleo chafaba las olivas. Pasado el molino, ensartamos por una pista cimentada que nos llevará directamente a la carretera en dirección al pueblo. Algunas curvas asfaltadas nos llevarán de nuevo en el Centro de Interpretación de Mura.